
El término espiritualidad puede tener el significado siguiente: la espiritualidad es «la cualidad de lo que es espiritual» (por ejemplo, el alma, el espíritu, o todo lo que es inherente a él).
Si nos fijamos en la definición de música, ya encontraremos una primera referencia al espíritu, puesto que las musas eran deidades o espíritus de la mitología griega que protegían las ciencias o las artes. También se entiende por musa al estado en que el artista siente el estímulo que lo lleva a la creación o la composición de obras de arte. Como sea, ambas definiciones son espirituales en si mismas.
Hoy día cuesta mucho ver claramente esta relación; a pesar que mucha gente es aficionada a la música, esta se ha vuelto un poderoso factor de consumo (con la espiritualidad ocurre lo mismo); sumado a que lo realmente “espiritual”, es algo muy raro de encontrar en estos días.
Muchas religiones institucionalizadas (por no decir todas), se creen poseedoras de la verdad espiritual. Pienso que el titulo de gran campeón en esto se lo lleva el catolicismo y todas las ramas del cristianismo, con su afán “evangelizador”, que pretende convertir a todo el mundo a sus propias creencias, sin siquiera respetar en lo que verdaderamente cree el otro, aunque en mi experiencia, todas las religiones tienen en mayor o menor medida este mismo defecto, ya que todas pregonan de alguna manera que su método o su camino, es el único, o el mejor para llegar a Dios (o al “espíritu”).
No nos olvidemos que la palabra “religión”, proviene de religar (o reunir), y estoy seguro que para esto no hay un único camino. Si creo que puede haber métodos o caminos mejores que otros, pero eso debe decidirlo cada persona por si misma. Para los japoneses, muchas disciplinas artísticas son vías espirituales (o Do, como le dicen en su idioma). Literalmente la palabra Do significa camino o vía (espiritual). De acuerdo a esto, podemos mencionar a diversas artes como caminos espirituales (artes marciales, ceremonia del té, teatro, caligrafía, arreglos florales, etc.).
Estoy de acuerdo en que para producir esa reunión con el espíritu, es necesario el estudio y la práctica metódica de una vía, y creo que la música puede ser una excelente vía espiritual (o religión) para los que deseen transitarla con compromiso y disciplina. Como sea, la verdad se encuentra adentro nuestro, en nuestro propio corazón; así que simplemente es cuestión de volver la mirada hacia adentro y buscar con sinceridad.
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